¡Hey! No te olvides de mí

Cada vez que alguien nos habla de relaciones, pensamos en relaciones afectivas con una pareja, pero olvidamos que hay relaciones con todas las personas que conocemos, hay relaciones familiares, personales, sexuales, también hay amigos, hay conocidos, las personas que nos prestan un servicio (tiendas, supermercados, zapatería, etc.) y además para algunos la relación con Dios.

Teniendo en cuenta lo anterior, antes de seguir leyendo, haz una pausa y piensa en esas personas de tu vida que son especiales y que rol tienen en este momento en tu vida, ¿Cuándo fue la última vez que pensaste en ellos?

Ahora que ya lo hiciste puede que te hayas sentido mal por algunas personas, pero nunca es tarde para reparar una relación o simplemente hacerla maravillosa, tienes que aprender que hay hábitos que no permiten que crezca esa relación que tanto te importa. Por tanto, hay que tener algún tiempo para ello.

Empecemos con nuestra familia, las personas que más amamos y a veces las que más nos cuesta tratar y tener una relación porque conocen lo más feo de nosotros, por eso debemos empezar a dar un vistazo a quienes son, escucharlos y conocerlos para ser que pueden ofrecer y cómo podemos hacerlos felices. En la historia de Jesús, el primer milagro registrado fue hacer vino el agua y este milagro fue algo que hizo por su madre, un pedido de ella porque sabía que él sabría qué hacer y esto no lo hizo sabiendo que fue el mesías, sino porque era su madre y lo conocía perfectamente. En Juan 2:4 (NVI) dice:

2 Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús se encontraba allí. 2 También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos. 3 Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo:

—Ya no tienen vino.

4 —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora.

5 Su madre dijo a los sirvientes:

—Hagan lo que él les ordene.

6 Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros.

7 Jesús dijo a los sirvientes:

—Llenen de agua las tinajas.

Y los sirvientes las llenaron hasta el borde.

8 —Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús.

Así lo hicieron.

Este milagro fue una manera de comunicarnos que hay una relación entre la madre e hijo, una relación donde se conocen, se respetan y saben que pueden hacer uno por el otro, además estaban en una fiesta y no era para quedar bien, sino para que los novios y sus invitados estuvieran felices y todo fuera un éxito.

Entonces, que esperamos para sentarnos a hablar con nuestros padres y nuestros hermanos, esas personas que nos criaron y nos ayudaron en muchos momentos, abuelos, tíos, tías, primos, etc. La familia es el punto fundamental de todas las relaciones, incluso de las de pareja porque la idea es que algún día también sean una familia, y debemos luchar para empezar a ver quiénes son los que viven bajo nuestro mismo techo, que comparten vínculos de sangre, amorosos y si es tu esposo(a) más aun debes ir a invitarle un café o alguna vaina que le guste. Si quieres en verdad ser feliz comienza a hacer felices a los que viven contigo, porque hay mucho más en dar que en recibir, podemos empezar a ser amigos de nuestra familia y que no se queden en unas simples frases en estas épocas de celebración, vamos a empezar desde ya a dar y puedes empezar con tiempo, que es lo más valioso que puedes ofrecer a alguien.

Te invito a que llegues a tu casa y hables con quien amas, conozcas un poco más, siempre hay preguntas para hacer que pueden rememorar divertidos recuerdos, podemos cambiar un día pesado con un abrazo y una sonrisa, así que vamos a empezar a hacer esto parte de nuestro día diario, muchas veces damos más tiempo a nuestras conversaciones en el chat o por teléfono que a las personas que están al alcance de nuestra mano, es hora de un cambio y sobre todo de dejar a un lado esa frase horrible de “no tengo tiempo”, siempre hay tiempo para decir que amas, para dar una sonrisa y un fuerte abrazo.

Zab